Este mes que celebramos el 12 de octubre como el comienzo del mestizaje y nacimiento de nuestro país, es valioso recordar las consecuencias culturales que acompañan este fenómeno. Fuera de debates ideológicos que acompañan la fecha del descubrimiento de América, es innegable que éste es el punto de partida para lo que hoy conocemos como México. En esta ocasión queremos hablar sobre la mezcla de culturas… pero en la arena de la cocina.
La dieta de los pueblos mesoamericanos era súmamente homogénea. Se basaba en granos como el maíz, frijol, trigo y se complementa con proteína obtenida con la carne de los animales propios a esa geografía, sobre todo venado y xoloitzcuintle. El pozole era uno de los platillos típicos, particularmente en la cultura azteca. Utilizado en ceremonias con carne humana (sí, humana) o en festividades con carne animal. El platillo fue un éxito para el paladar español, tal así que es de los pocos de la dieta azteca que aún permanecen en nuestra cultura actual. Eso sí, con el matiz de que la carne que ahora se utiliza es de puerco, un animal que trajeron los españoles, y el topping son hortalizas que también ellos trajeron (lechuga, rábanos y cebolla).
Pasando de lo salado a lo dulce, los dulces tradicionales mexicanos no podrían existir sin la presencia de elementos tanto prehispánicos como españoles. La caña de azúcar fue una de las innovaciones agrícolas que los españoles trajeron a la Nueva España. Su combinación con el maíz y cacao propició el desarrollo de deliciosos chocolates o dulces de cacahuate, elementos vitales para cualquier fiesta mexicana.
Pero no nos tenemos que ir a lo más técnico. Si nos ponemos a pensar en uno de los platillos, si se le puede llamar así, más sencillos que involucren tanto a lo colonial como lo indígena, tenemos la famosa quesadilla. Una deliciosa tortilla hecha de nopal o maíz, rellena con queso. El proceso de lácteos llegó con los españoles, mientras que las tortillas era un alimento básico en los pueblos mesoamericanos. Una sencilla quesadilla reúne irónicamente estos dos factores en un alimento que absolutamente toda casa mexicana ha degustado.
Los alimentos mestizos son parte de lo que somos: dos caras de una moneda. Esta mezcla de ingredientes, costumbres y procesos nos hacen tener una cultura rica en opciones, sabor y tradición. Lio Mart busca ser parte de esa historia. Estamos seguros que conforme el tiempo avance, tú encontrarás la manera de incorporar nuestro sabor a la cultura gastronómica de tu hogar.